Jenny's Corner

(Bio de Jenny: Si no me conoces, mi nombre es Jenny. Trabajo con Alejandro. Soy el secreto mejor guardado de Pública Apparel y traigo ese cromosoma que le hacía falta al equipo. Adicta al café, al chocolate negro, al queso y al helado (muchas veces creo que quiero café, pero es agua lo que necesito), ya les di la fórmula secreta para llegar a mi corazón. Eso + nobleza = Jenny conquistada. No es que les importe la fórmula matemática para llegar a mi corazón, pero es mejor dejarla por ahí, uno nunca sabe.)

Hoy es 11 de noviembre, el día después de un día especial. Hoy es 1 día después de mi cumpleaños #33, y a 201 años (2+0+1=3) del Grito de la Independencia de la Villa de los Santos. De hecho, mi vieja hace 33 años tenía 33 años y 3 meses cumplidos, y yo no creo en esas cosas, pero mejor salgan a jugar el número 3 y me dejan alguito por si se ganan la lotería.

Cuando Alejandro me dio la gran responsabilidad de conversar con ustedes a través de estas cartas, pensé en múltiples temas, pero uno que no me salía de la cabeza fue la ‘Consistencia’. Ya que estamos en tema de números creería que podríamos llegar a una fórmula matemática muy simple que explique cómo crear consistencia en diferentes áreas de nuestra vida.

Conversando con Ale, (Alejo para ustedes), quien es fanático de los audio-libros y libros de Kindle (a mi regálenme libros de portada), me comentaba sobre las luchas que tenía con ser consistente en muchas áreas de su vida, a pesar de haber sido un gran deportista. Y me dijo: “en uno de los audiolibros que escuché decía que había que estar cómodo con lo aburrido”. Mientras él seguía hablando (mucho - los que lo conocen saben que le encanta hablar), mi cerebro paralelamente navegaba como en la escena de ‘Ratatouille’ cuando el crítico culinario Anton Ego prueba el plato y los recuerdos viajan a su infancia comiendo el plato de su madre. “¿Cómo es que yo había podido crear consistencia en las áreas de mi vida?”, “Cómoda con lo aburrido”, pensé. “¿Cómo aprendí eso antes que Alejandro me mencionara el gran descubrimiento de su audio-libro?”. Muchos de mis amigos me celebran lo consistente que soy en mi vida, de hecho, me preguntan cómo logro tener tanta: Motivación/Fuerza de Voluntad/ Disciplina/ y muchas otras palabras asociadas con: Consistencia. De hecho, cuando escuchamos personas exitosas en diferentes rubros, y hablan sobre la clave de sus logros, mencionan esa mágica palabra: Consistencia.  Es decir, que la persona más consistente tiene más probabilidades de ver éxito (del objetivo que quiera alcanzar) vs la que no logra mantenerse en el objetivo.

En mis escenas rápidas en modo: ‘Ratatouille’ recordé como mi familia es muy orientada a la exigencia y al perfeccionismo, la familia es el primer círculo sociológico del que estamos rodeados, donde muchos buscamos ser validados. Yo no fui la excepción, entendí al crecer que muchas de las cosas que tenía que hacer para lograr el objetivo de la aceptación y validación consistía en ser: sobresaliente estudiante, ordenada en mi cuarto, buena deportista, tocar un instrumento musical, entre otras tareas, a pesar de que no me divirtiera haciéndolo. La diversión no era el objetivo a lograr, era solo lograr el objetivo: ser validada. Logré mi objetivo (todo menos dejar de decir palabras sucias, lo siento Papá). Desde pequeña el estar cómoda con lo aburrido fue parte de mi formación.

Mi mamá me enseñaba técnicas en las materias que no me gustaban como: Historia, o Geografía, y rápidamente negociaba conmigo: “Jenny, si empiezas a estudiar, y te mantienes al menos 1 hora leyendo, y lo digieres, sigues. Y paras cuando no entiendas más. Pero solo empieza”. Nunca me dijo: “si te sientes mal, si te sientes triste, si te da hambre, paras”. El objetivo era estudiar y aprender. No era pensar cómo me sentía, o si me gustaba, o si lo disfrutaba. Era hacerlo y enfocarme en que necesitaba lograr estudiar las materias que menos me gustaban.

“Solo empieza”, son palabras que llevo conmigo hasta el día de hoy en cada cosa que hago. Me divierta o no. De hecho, en donde más aplico: “solo empieza”, “solo hazlo”, “vamos, Jenny, 1 hora”, son en las cosas que menos disfruto, o menos quiero hacer. “solo despiértate a caminar a las 5:30am”, “solo vístete y ve a entrenar”, “solo empieza esa presentación que no quieres hacer”, “solo da el paso, y hazle caso a tu entrenador, y levanta el peso que te dice”, “solo empieza a leer el libro que has postergado”, “solo da el paso de darle la razón a Ale para que él deje de pelear” (jajaja si, también en eso) “Solo ve, pide perdón y sigue adelante”.

Entonces, si diseñamos ciertos pasos, para crear la fórmula matemática y lograr la consistencia, diría que empezaría así: la primera parte de la fórmula matemática que necesitamos sería: Decidir cuál es el objetivo. La segunda parte sería: Dar el paso (sin agregar, o excluyendo variables de emociones, sentimientos, o deseos), es solo ejecutar. Accionar sin procesar. La tercera parte sería: Repetición =

Decisión de Objetivo + Accionar/ Ejecutar (dar el paso) + Repetición = Consistencia.

Si multiplicamos dicha fórmula matemática y la elevamos al infinito daría= Rutinas.

Como producto podríamos agregar: Recordar el objetivo. Recordar la decisión, en caso tal en que de la nada se filtre alguna variable no aceptada como: emoción, sentimiento, o deseo. Y repetir la fórmula matemática una y otra vez.

En la consistencia está la rutina. ¿O la rutina contiene consistencia? Cuéntenme cómo ustedes han logrado crear consistencia en las diferentes áreas de su vida.

Gracias por leerme,

Ahora los leo a ustedes.

Se les quiere,

Jenny.